Escuchar para transformar: la voz de la infancia en los proyectos

Hace unos meses, una amiga me animó a participar en unas jornadas promovidas por OsOigo, en las que se entablaron mesas de discusión ante una temática específica (en este caso, la salud mental de las personas jóvenes españolas) para después generar un estudio sociológico que facilitase la promoción de medidas gubernamentales que mejorasen la situación actual. Este tipo de plataformas e iniciativas comienzan a ganar peso en nuestras sociedades hoy día, pero en muchas ocasiones cuando se desarrollan proyectos en países en vías de desarrollo, tendemos a olvidar o minimizar las voces del colectivo beneficiario, dando por hecho realidades ajenas y minimizando el impacto y la sostenibilidad que queremos llegar a lograr.
¿Cómo logramos generar un impacto positivo trabajando con infancia?
A la hora de realizar la identificación, seguimiento y evaluación de cualquier proyecto o actividad que queremos llevar a cabo, tendemos a realizar reuniones con representantes (alcaldías, personal docente, presidentes de asociaciones parentales, por ejemplo) pero rara vez se les ofrece un espacio de participación a los y las menores con los que se van a realizar las acciones. La promoción de estos entornos seguros en los que se puedan expresar y la escucha activa por parte de las personas adultas no sólo conseguirá que los proyectos se adecúen a las necesidades reales, sino que también facilitará la sostenibilidad en el medio y largo plazo al poder alinearse con las realidades existentes. De igual manera, podremos conseguir que las personas menores se sientan partícipes y con cierto poder de decisión con respecto a sus vidas, contribuyendo a la creación de futuras sociedades más resilientes, con mejores capacidades para la resolución de problemas y mayor fortaleza psicológica. Todo ello gracias a la puesta en valor de las ideas, percepciones y comentarios de las y los menores.
La creación y desarrollo de estos espacios de escucha activa y participación pueden incluir también a las personas adultas de las comunidades en las que se relacionan las personas menores para acercar posturas entre toda la red comunitaria y ofrecer un lugar de confianza en el que todas las voces sean escuchadas, respetadas y admitidas, generando futuros actores y actrices de cambio en las comunidades.
De la teoría a la práctica
Pongamos un ejemplo: una entidad que desea realizar mejoras en un centro educativo se reúne con las personas adultas de la comunidad, quienes consideran que una mejora necesaria y urgente es la construcción de baños equipados ya que los existentes son utilizados en su gran mayoría por menores varones. La entidad, además, ofrece un espacio de participación con los y las menores en sus aulas para escuchar también sus opiniones, llegando a la conclusión de que las estudiantes no hacen uso de los lavabos ya que para acceder a ellos deben atravesar el patio del centro, que no está vallado y suele ser utilizado por personas adultas, sintiéndose inseguras realizando el camino.
Gracias a la escucha activa por parte de la entidad se prioriza la sensación de inseguridad respecto a la mejora de las instalaciones sanitarias, ofreciendo un mapa de la problemática más amplio y adecuado a la realidad de las personas menores, otorgándoles, además, el sentimiento de importancia y autoconfianza al sentirse escuchados.
Esta situación ilustrativa es aplicable no solo en el ámbito de la cooperación al desarrollo, sino en todos los ámbitos en los que se encuentra la infancia. En las aulas de los centros educativos, en los núcleos familiares o en las asociaciones deportivas (por poner algunos ejemplos) es habitual encontrar a personas adultas que, con buena intención, toman decisiones a favor de los y las menores, pero quizás poco alineadas con sus realidades, algo sencillo de cambiar con una fácil acción: escuchar.
Schehrezada Parro Tomé
Cooperante con un enfoque social en las migraciones internacionales, las personas refugiadas y los derechos humanos en una variedad de campos que incluyen la comunicación, la defensa política, el derecho internacional humanitario y la protección y gestión de los mismos en terreno.
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